El martes 13 se realizó la puesta en valor de un monumento coscoíno cuya importancia habíamos descuidado en el transcurso de los años. Gracias a la memoria y el trabajo de vecinos de nuestra ciudad pudimos recuperarlo y mostrarlo al país en el marco de este Cosquín de Peñas.
Y en esa tarde especial además de lo explícito de la "Llama inspiradora" tuvimos la oportunidad de descubrir aquello que no se ve porque está en el interior de los poetas: la "chispa inicial" de la que nos habló la licenciada Liliana Boldo en su discurso.
Aquí un fragmento de ese momento que fue valorado por todos los presentes, muchos de los cuales querían volver a sentirlo:
Y en esa tarde especial además de lo explícito de la "Llama inspiradora" tuvimos la oportunidad de descubrir aquello que no se ve porque está en el interior de los poetas: la "chispa inicial" de la que nos habló la licenciada Liliana Boldo en su discurso.
Aquí un fragmento de ese momento que fue valorado por todos los presentes, muchos de los cuales querían volver a sentirlo:
"Los que anhelamos alguna vez escribir un poema, tarea que, seguramente, emprendiéramos todos los que fuéramos hoy aquí, convocados hayamos o no tenido la felicidad de ver publicados nuestros textos, hayamos o no obtenido por ello alguna forma de reconocimiento; sabemos que el impulso de trasladar a un escrito un dolor, una idea, una promesa, una íntima celebración, obedece a una chispa inicial que cierto día enciende la hojarasca de nuestro espíritu y nos llama a un ser y un hacer diferentes. Es el momento en el que una irrupción se produce, cierta horizontalidad se quiebra; una exaltación, una angustia, una intuición, se instalan en el alma y, tras ese acontecer, nuestro paso se aparta de las huellas rutinarias, nos despojamos de los inútiles ropajes con que ocultamos nuestra sagrada desnudez, la desnudez de nuestro cuerpo profundo; y, entonces, el lenguaje se vuelve cincel que, al tiempo que la devela, moldea e ilumina el agobiante bloque de la existencia.
Así opera la palabra hecha letra, como talismán conjurador de todos los posibles, como sonda lanzada a los abismos de nuestra secreta humanidad. Y, ya sea presionando la madera del lápiz, de la tecla, o el rígido plástico de la birome, esa palabra se echa a andar, las líneas de las hojas se transforman en reguero por donde esa pólvora, que los antiguos llamaban inspiración, propaga un fuego nuevo, purificador, que nos lame y consuela, que nos tizna y esclarece, que nos colma de decires y nos silencia en el vértigo de su propio crepitar. El papel vuelto hoguera quemará inexorablemente a quien extienda su mano para leerlo, poco importa que ese alguien sea un hijo, un vecino o un catedrático. Porque ése y no otro es el destino de la llama, desplegar su lengua abrasadora. Y aquí, quizás, convendría escribir con z al adjetivo, ya que también la llama tiene por destino abrazar, reunir, acercar, haciendo girar sobre su eje de fuego a las voluntades y a las almas.
Al calor de esta renauguración permítasenos celebrar al fuego artístico en todas sus representaciones, porque el arte en Cosquín siempre encontró una casa hospitalaria, para la pintura, para el canto, para la escultura, para el teatro, para la danza; en síntesis, para la antorcha de la creaciión, la cual, más allá de emplazamietos o decisiones de un gobierno u otro, es, felizmente , inextinguible."
Así opera la palabra hecha letra, como talismán conjurador de todos los posibles, como sonda lanzada a los abismos de nuestra secreta humanidad. Y, ya sea presionando la madera del lápiz, de la tecla, o el rígido plástico de la birome, esa palabra se echa a andar, las líneas de las hojas se transforman en reguero por donde esa pólvora, que los antiguos llamaban inspiración, propaga un fuego nuevo, purificador, que nos lame y consuela, que nos tizna y esclarece, que nos colma de decires y nos silencia en el vértigo de su propio crepitar. El papel vuelto hoguera quemará inexorablemente a quien extienda su mano para leerlo, poco importa que ese alguien sea un hijo, un vecino o un catedrático. Porque ése y no otro es el destino de la llama, desplegar su lengua abrasadora. Y aquí, quizás, convendría escribir con z al adjetivo, ya que también la llama tiene por destino abrazar, reunir, acercar, haciendo girar sobre su eje de fuego a las voluntades y a las almas.
Al calor de esta renauguración permítasenos celebrar al fuego artístico en todas sus representaciones, porque el arte en Cosquín siempre encontró una casa hospitalaria, para la pintura, para el canto, para la escultura, para el teatro, para la danza; en síntesis, para la antorcha de la creaciión, la cual, más allá de emplazamietos o decisiones de un gobierno u otro, es, felizmente , inextinguible."
Extracto de las palabras ofrecidas por la Lic. Liliana Boldo con motivo de la re-inauguración del monumento.
Laura Bié
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