Cantores, bailarines, aprendices de bailarines, chicos, grandes, familias enteras, turistas, curiosos, todos nos encontramos en la plaza y despertamos cada año al duende festivalero.
Ya es una tradición que octubre sea el mes del duende, y que el entusiasmo nos invada y nos haga salir a la calle a ser parte de la fiesta.
Los chicos de las escuelas tienen listas sus máscaras, los alumnos de la Emilio Caraffa dan las últimas pinceladas a los grandes muñecos que desfilarán por la calle San Martín el domingo a la tarde, los músicos afinan las gargantas, estamos todos "en la gatera", listos para arrancar.
Estas horas previas al inicio de La Fiesta del Duende son de mucha adrenalina, para los artistas y para los organizadores. Cuánto más para los chicos de Cosquín, que este fin de semana le van a mostrar a todos sus máscaras, y van a pintar y cantar y escuchar cuentos a la hora de la siesta ...
De esta magia hablamos cuando decimos que vamos a despertar al duende festivalero, de la música y la poesía vibrando entre amigos, de los coscoínos reunidos para hacer posible un encuentro folklórico único en el país.
Y esta emoción no se puede guardar, hay que gritarla y cantarla, y para eso, nos preparamos cada año...
Este viernes 10 comienza una nueva Fiesta del Duende y se hace realidad nuestro deseo de que en Cosquín el folklore esté de fiesta todo el año!
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