El
sábado a la tarde, después de una noche de mucha lluvia y con lo ojos puestos
en el cielo amenzante, La Fiesta del Duende nos convocó en Plaza San Martín para compartir el
mate y la amistad.
Pichi
Acosta fue director de los bailarines que llegaron a aprender gato y chacarera
en una nueva “masterchaca”. Chicos y grandes, aprendices y entendidos en la
danza compartieron la música y la alegría.
Mario
Sbrascini abrió el tablado con su pasión por el folklore y por Cosquín en
particular, uno de la casa que en cada fiesta nos sorprende.
El
Cuerpo de Bastoneras dirigido por la profesora Paola Ortolani tuvo su momento
y llenó el aire de buena energía.
Héctor
Saleme, Aldana Moriconi y Designios fueron quienes nos hicieron cantar, bailar
y arrancaron palmas y emociones de los presentes. Y es que las melodías tienen
esa magia de traernos nostalgias y al mismo tiempo despertarnos nuevas sensaciones.
Mientras,
los más chicos se divertían con los juegos instalados en otro rincón de la
Plaza, y se transformaban de la mano de las maquilladoras Laura Rolandi y María Cecilia Díaz que los volvieron
mariposas, princesas y superhéroes.
Y
bajo la arboleda los artesanos, manos laboriosas que le dieron a este encuentro
su toque especial. Distintas expresiones, las mismas ansias de vivir la Fiesta.
Héctor Saleme en Plaza San Martín
Raza y Barro, los coscoínos que cerraron el espectáculo
Edgard
Vigo, Pabla Mattalía y Raza y Barro tuvieron su espacio para cantarle al
público de La Fiesta del Duende que permaneció entusiasta hasta las 20. La hora exacta para terminar con el espectáculo
y recibir las primeras gotas de muchas, que nos refrescarían esa noche.
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